La luna: Inmortalidad y presencia
Luna creciente. Fotografía: f/11, 1/160s, ISO 100
Según la luna crece se deja ver más nuestra sombra.
La regla de oro de los sembradores es que:
En luna nueva siembras todo lo que crece hacia abajo,
en luna llena todo lo que crece hacia arriba.
Y no es superstición, es la incidencia del satélite
en la energías de nuestro planeta, las mareas,
el moviento de la savia en las venas de la flora
y de los fluidos de nuestro cuerpo.
La luna llena guarda una relación tradicional
con la expansión, con la alegría,
con la capacidad de acoger y dar.
El budismo ve en la luna quietud,
los de raza amarilla relacionan la luna
con la inmortalidad,
en el continente del kilimanjaro
al verla piensan en la muerte.
En la América originaria asociaban la luna
con El Gran Espiritu.
Quietud, inmortalidad, muerte y presencia,
evoca el compañero de viaje del planeta azul.
Al fotografiar la luna veo como un espejo
que permite meditar sobre el universo,
los ciclos del tiempo y la luz que crece
y decrece así como ocurre con nuestra
propia vida.
24 de febrero, 2021
Santiago, RD